lunes, 28 de mayo de 2012


Los primeros pasos de un grande.

 
Las pinturas del maestro Rafael Coronel tienen una sobriedad melancólica, e incluyen caras de los "últimos grandes amos", flotando a menudo en una calina difusa. Existe obra suya tanto en museos de México como en el extranjero.
 Rafael Coronel, hermano menor del también talentoso Pedro Coronel, sintió inclinaciones artísticas desde muy joven Estudió en la Escuela Nacional de Pintura y Escultura La Esmeralda y pronto desarrolló un lenguaje artístico muy singular. Su pintura acude a temas populares, sin embargo no podría decirse de ningún modo que sus tratamientos y soluciones sean producto de lo espontáneo o lo gratuito.

La vocación de pintor fue algo que Rafael traía de familia. Su abuelo decoraba iglesias, dibujaba las guirnaldas que adornaban las paredes y su hermano Pedro estudiaba pintura en la ciudad de México. Para Rafael era una perdida de tiempo estudiar pintura, por lo que cursó la educación preparatoria en el Instituto de Ciencias de Zacatecas, conocido actualmente como la preparatoria número uno de la Universidad Autónoma de Zacatecas.
En su juventud, Rafael Coronel  soñaba con ser futbolista, a pesar de que siempre le gustó dibujar. "Creía que el arte no daba para comer, pensaba que la pintura se hacía como complemento de cualquier otra profesión, no tenía ni idea de que existían pintores profesionales".
Fue hasta que se mudo a la ciudad de México que se entusiasmó por la arquitectura, estudio a través del cual experimento el mundo del dibujo.  En 1952 ganó un concurso de pintura que organizó el Instituto Nacional de la Juventud Mexicana. Posteriormente se inscribió en La Esmeralda, de donde lo expulsaron dos meses después porque no hacía lo que los maestros querían.
Un día, el pintor Carlos Mérida le recomendó con Inés Amor, la dueña de una galería que entonces era la que manejaba a los grandes artistas como Rufino Tamayo, Gunther Gerzso, Diego Rivera. Antes  de su incursión en el mundo de las galerías, Rafael Coronel solo había vendido dos cuadros,  pero fue a partir de entonces que el joven artista agarró ritmo hasta llegar a convertirse en lo que es hoy, uno de los grandes maestros de la plástica mexicana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario