Los primeros pasos de un grande.
Las
pinturas del maestro Rafael Coronel tienen una sobriedad melancólica, e
incluyen caras de los "últimos grandes amos", flotando a menudo en
una calina difusa. Existe obra suya tanto en museos de México como en el
extranjero.
Rafael Coronel, hermano menor del también
talentoso Pedro Coronel, sintió inclinaciones artísticas desde muy joven
Estudió en la Escuela Nacional de Pintura y Escultura La Esmeralda y pronto
desarrolló un lenguaje artístico muy singular. Su pintura acude a temas
populares, sin embargo no podría decirse de ningún modo que sus tratamientos y
soluciones sean producto de lo espontáneo o lo gratuito.
La vocación de
pintor fue algo que Rafael traía de familia. Su abuelo decoraba iglesias,
dibujaba las guirnaldas que adornaban las paredes y su hermano Pedro estudiaba
pintura en la ciudad de México. Para Rafael era una perdida de tiempo estudiar
pintura, por lo que cursó la educación preparatoria en el Instituto de Ciencias
de Zacatecas, conocido actualmente como la preparatoria número uno de la
Universidad Autónoma de Zacatecas.
En su juventud, Rafael
Coronel soñaba con ser futbolista, a
pesar de que siempre le gustó dibujar. "Creía que el arte no daba para
comer, pensaba que la pintura se hacía como complemento de cualquier otra
profesión, no tenía ni idea de que existían pintores profesionales".
Fue hasta que se
mudo a la ciudad de México que se entusiasmó por la arquitectura, estudio a
través del cual experimento el mundo del dibujo. En 1952 ganó un concurso de pintura que
organizó el Instituto Nacional de la Juventud Mexicana. Posteriormente se
inscribió en La Esmeralda, de donde lo expulsaron dos meses después porque no
hacía lo que los maestros querían.
Un día, el pintor
Carlos Mérida le recomendó con Inés Amor, la dueña de una galería que entonces
era la que manejaba a los grandes artistas como Rufino Tamayo, Gunther Gerzso,
Diego Rivera. Antes de su incursión en
el mundo de las galerías, Rafael Coronel solo había vendido dos cuadros, pero fue a partir de entonces que el joven
artista agarró ritmo hasta llegar a convertirse en lo que es hoy, uno de los
grandes maestros de la plástica mexicana.